1 de diciembre de 2010

Como comienzo!


¿Como comenzar a relatar lo vivido últimamente? Han sido días de muchas cosas. Por una parte todo lo bueno que Dios me ha dado, y segundo todo lo bueno de lo que me he privado. Por una parte todas las gracias que Dios me ha regalado, su providencia manifestada en taaantas cosas, y por otra parte todas las opciones que he tomado mal, las cosas que no he hecho bien.


Comenzare por lo mas reciente, como todo en tan solo un segundo puede cambiar de rumbo, como el volante de un auto en un dos por tres puede cambiar su dirección, como el vuelo de un ave por una ráfaga de viento puede seguir otra dirección, como mi vida abandonando a Dios en un minuto puede tornarse vacía y penosa, como de un minuto a otro todo puede acabar. La vida nadie la tiene asegurada y lo se bien, este mes de diciembre me lo recuerda a cada minuto, este lunes 6 mi amiga Ingrid estaría cumpliendo 22 años y este 16 de diciembre sera un año de la muerte de mi amigo y hermano Eduardo de 29 años. Mi fe me lleva siempre a creer que están junto al Padre Dios, descansando en Paz, pero mi corazón que aun no comprende bien el verdadero sentido de vida y de Vida con Mayúscula, de Vida Verdadera, se entristece por su partida. Es como un atardecer previo, un atardecer anticipado, y como dice tan hermoso poema, no se si de Teresa de la Cruz, San Juan de la Cruz u otros autores que se les ha otorgado la autoria encontré este poema, acerca del fin de los días. Hoy fue un día fuerte y pensé en un minuto también mi vida se podía terminar, Dios no lo quiso y me protegió a mi y a quienes estaban cerca, pero vaya que me he asustado y que me he quedado pensando.


Al atardecer de la vida
me examinarán del amor.
Al atardecer de la vida
me examinarán del amor
.
Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar le quise acoger.

Al atardecer de la vida
me examinarán del amor.
Al atardecer de la vidame examinarán del amor
.

Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermosme encontraron en su dolor.

Al atardecer de la vida
me examinarán del amor.
Al atardecer de la vida
me examinarán del amor
.

Aunque hablara miles de lenguas,si no tengo amor nada soy.
Aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.
Al atardecer de la vidame examinarán del amor.
Al atardecer de la vida
me examinarán del amor
.

Venid, benditos de mi Padre,
tuve hambre y me disteis de comer,
estaba solo y me acompañasteis,
estaba triste y me alegrasteis,
estaba feliz y sonreisteis conmigo.
Venid, benditos de mi Padre.
Al atardecer, al atardecerme examinarán del amor, al atardecer.



También este tiempo ha sido tiempo importante de ver como la llama que hay en mi corazón por mi amor verdadero ha estado a punto de apagarse, y yo sin hacer nada, se que es un 50% y 50%, pero mi 50% ha estado dormido, perdida entre las preocupaciones del mundo, en el brillo de las vanidades del mundo, en el brillo y hermosura de la cocina, de los servicios en cenas elegantes, en el brillo de todo cuanto ofrece el mundo, en el brillo de una falsa ilusión de algún hombre bueno, que hable bonito, que sea caballero y tenga unos hermosos ojos transparentes y cálidos,por vivir en tanta cosa que no me hace bien he echado en falta mis cables a tierra. Los dos mas importantes o no se si tan importantes pero muy queridos, que mas que cables a tierra son esas personas que con amor te ayudan a buscar y hacer lo mejor en tu vida. Día a día de mi vida van desapareciendo personas, y con eso me ha tocado ir creciendo un poco mas, madurando, enfrentando sola las cosas, equivocándome harto, pero espero con todo esto aprender. Me duele un poco debo decirlo, porque la soledad ha estado rondándome tan cerca, sin encontrar contención, ni consuelo, pero que hacer? seguir no mas, echándole pa' delante que pa' tras no rinde.



¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer -mirando el último crepúsculo-
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.

Las ciudades -hollines y venganzas-,
la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.

Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
podre de hastíos y de lágrimas.

Un río abraza el arrabal
como una mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.

Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa.

Lejos... la bruma de las olvidanzas
-humos espesos, tajamares rotos-,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.

Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra.

Pablo Neruda.



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